Como os comentábamos, nos movemos por emociones, de ahí que sea tan importante saber cómo emocionar a nuestro público y a nuestros clientes.
A través del marketing debemos intentar llegar al corazón de nuestros clientes, de esta forma nuestra relación con ellos irá mucho más allá y las probabilidades de que esta sea duradera aumentarán.
Gracias al marketing emocional no sólo estaremos vendiendo un producto o un servicio, sino una experiencia que nos hará sentir ciertas emociones cuando lo consumimos y que nos diferenciará de los demás.
Que identifiquen nuestra marca con una emoción positiva es el objetivo que deberíamos perseguir con cualquier estrategia de marketing.
El ejemplo más claro de marketing emocional lo tenemos con Coca-Cola y su conexión con la felicidad. A través de muchas de sus campañas no nos venden su producto, sino momentos que nos hacen felices: